domingo, 13 de diciembre de 2009

Exacto, limpio y vibrante...

Perseguido por la banda de terroristas, Malcom corrio y corrio por las calles de esa ciudad extraña. Eran casi las 12 de la noche. Ya sin aliento se metio en una casa abandonada. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad vio, en un rincon, a un muchacho todo asustado.

- ¿A usted tambien lo persiguen?
- Si -dijo el muchacho-.
- Venga. Estan cerca. Vamos a escondernos. En esta maldita casa tiene que haber un desvan...Venga.

Ambos avanzaron, subieron unas escaleras y entraron a un altillo.

- Espeluznante, ¿no?-murmuro el muchacho, y con un pie empujo la puerta. El cerrojo, al cerrarse sonó con un clic exacto, limpio y vibrante.
- ¡Ay, no debio cerrarla! Abrala otra vez. ¿Como vamos a oirlos, si vienen?

El muchacho no se movio.
Malcom, entonces, quiso abrir la puerta, pero no tenia picaporte.
El cierre, por dentro, era hermetico.

- ¡Dios mio! Nos hemos quedado encerrados.
- ¿Nos?-dijo el muchacho- Los dos, no; solamente uno.

Y Malcom vio como el muchacho atravesaba la pared y desaparecia...

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